Un granadino inventó la escafandra espacial

 


La profesora Pilar Valverde comparte esta interesante noticia del diario Público. ¡Un granadino se adelantó 30 años a la NASA! Este inventor fue represaliado durante la Dictadura, por lo que no pudo tener en vida el reconocimiento que se merecía.

Uno de esos hombres extraordinarios fue Emilio Herrera, aviador, ingeniero, inventor y aventurero español que diseñó un prototipo de traje espacial treinta años antes que los ingenieros de la NASA.

Pese a ello, lamentablemente, Herrera sigue siendo un personaje muy desconocido en España.

Hace pocos meses, el Gobierno -a iniciativa del ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque- trató de devolver "el honor y la memoria" a este ingeniero granadino a quien la dictadura de Franco retiró la medalla de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales por razones políticas.

"Herrera fue un hombre excepcional, que se implicaba con fuerza y empuje en los proyectos que emprendía. Su historia me es muy cercana por mi formación y trayectoria", destaca en declaraciones a Efe el ministro (y todavía astronauta).

"Impulsado por la figura de su padre, que organizaba ferias y espectáculos científicos en Granada a finales del XIX (trajo los primeros globos aerostáticos de Francia, por ejemplo), Emilio se interesó desde muy joven por la ciencia", detalla a Efe, Juan F. Cabrero Gómez, físico del Laboratorio de Instrumentación Espacial Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).

La falta de facultades científicas en España le obligó a completar su formación por la vía militar, en la recién creada Academia de Ingenieros de Guadalajara que nació con un gran espíritu científico y experimental.

Ahí trabajó con los globos aerostáticos, donde aprendió a pilotarlos, y se habituó a utilizarlos para campañas científicas como la observación de los cambios en las capas altas de la atmósfera durante un eclipse solar, en Burgos (1905).

"Durante ese tipo de pruebas se dio cuenta de que subiendo en globo se observaban cosas que no se apreciaban desde tierra pero, en ese momento, técnicamente, la única manera de hacerlo era hacerlo desde una barquilla presurizada", relata Cabrero.

A partir de ahí, Herrera no dejó de pensar en un método que permitiera a los hombres superar la atmósfera y mantener la movilidad de manera autónoma, "pero para eso hacía falta una nave espacial adaptada al cuerpo, es decir, un traje espacial".


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